¿Empezamos con una reflexión?
Todas las personas hemos tenido infancia, vamos a vivir una etapa de vejez y seguramente hemos sufrido alguna enfermedad en la que hemos precisado de cuidados específicos. Necesitamos cuidarnos para que nuestra vida sea digna y de calidad.

¿Seguimos con datos?
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE, 2023):
En España, más del 75% de personas que prestan cuidados a dependientes son mujeres;
El 95% del empleo a tiempo parcial por motivos de cuidados, lo realizan mujeres;
Las mujeres dedican el doble de horas semanales a los cuidados y a las tareas del hogar;

Corresponsabilidad como camino hacia el equilibrio personal, familiar y laboral.
La corresponsabilidad no es un concepto meramente legal, social o educativo. Va mucho más allá. Se trata de una transformación a través de pequeños cambios en nuestros comportamientos con la finalidad de construir un entorno equitativo donde todas las personas puedan contribuir y, a la vez, ser valoradas en su trabajo.

Supone un cambio en la forma en la que concebimos y compartimos estas responsabilidades: desde recoger a los hijos e hijas del colegio, hacer la compra, organizar las comidas o gestionar citas médicas, hasta disfrutar permisos parentales o adaptarse a situaciones familiares urgentes.

¿Y en el sector de Contac Center es posible?
Debemos tener en cuenta que el sector de Contac Center es históricamente feminizado y la responsabilidad doméstica y de cuidado conlleva una carga emocional significativa, añadida a la carga laboral de por sí.

Fomentar la corresponsabilidad en este sector beneficia, no solo a las personas que generalmente asumen este tipo de tareas, sino a toda la sociedad en su conjunto, ya que, cuando las tareas se distribuyen en otros miembros de la familia, se rompen estereotipos de género y se promueven entornos más justos y equitativos. Esto conlleva una mejora en la calidad del trabajo profesional o laboral y una colaboración necesaria en el ámbito personal.

La corresponsabilidad incentiva el reconocimiento de todas las personas trabajadoras, independientemente de su género, incrementándose la satisfacción personal y laboral. De forma paralela, implica dotar de oportunidades de desarrollo profesional, ayudando a reducir la brecha de género en mandos directivos.

Buenas prácticas en el ámbito empresarial:
La norma vacía sin cultura ni sensibilización tiende a quedar en el olvido y se torna ineficaz.

La formación e información apela a la concienciación y son claves para frenar el desequilibrio actual. Por ello, las buenas prácticas no pueden ni deben ser unilaterales por parte de la empresa, sino producto de una integración real y coherente de la necesidad de la compartición de tareas.

Medidas de conciliación -tales como el teletrabajo, flexibilización de horarios, implantación de permisos familiares- deben ser tenidas en cuenta, no para sobrecargar, una vez más, a una parte de la sociedad, sino para favorecer la distribución más justa del tiempo y tareas.

Hacia un cambio cultural
Avanzar hacia una corresponsabilidad real es un proceso colectivo que requiere el compromiso de empresas, instituciones, familias y personas. Solo a través de una transformación cultural será posible garantizar que nadie tenga que renunciar a su desarrollo profesional por asumir responsabilidades que deberían compartirse.

Impulsar la corresponsabilidad no es solo un paso hacia la igualdad, sino hacia una sociedad más sostenible, justa y cohesionada. Las empresas tienen el poder y la responsabilidad de liderar este cambio desde dentro.

Porque la igualdad y corresponsabilidad, lejos de dividir, multiplica nuestros derechos y oportunidades.

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